Algo gratamente sorprendente, una compañera de trabajo, durante las arduas horas en la oficina me dice: -¿Puedo poner algo de música? - Por su puesto. Respondí. Al instante saco su móvil y comenzó a sonar una melodía arto conocida para mi "Ayer te vi" del cantautor y pastor Jesús Adrián Romero (de hecho escuchamos el álbum completo).
Por supuesto comencé a musitar la melodía, que tantas veces me ha ministrado. -No soy cristiana, pero me encantan estas "canciones", dijo mi colega acompañado de un suspiro y una leve sonrisa.
Debo confesar que nunca se me hubiera ocurrido reproducir desde algún dispositivo móvil alabanzas en mi trabajo. Un sentimiento agridulce acompaño el momento. Por una parte el gozo y alegría de que estas alabanzas llegan donde nuestros sermones e interminables debates teológicos no llegan, alcanzando así de manera eficiente almas y restaurando corazones. Por el otro lado una pena profunda por la miopía en el cumplimiento de mi deber, a decir compartir el evangelio.
Hoy más que nunca resuenan en mi mente las palabras del apóstol Pablo a los corintios: "... Me hice todo para todos, a fin de salvar a algunos por todos los medios posibles." (1Cor. 9:22)
Pido guía del Espíritu Santo para poder compartir en todo momento sin límites a ese Dios real en el que creo y alabar el Nombre de nuestro buen amigo Jesús y nunca, nunca perder el objetivo: "ser los brazos y los pies del Señor, para restaurar al projimo". Que nadie apague el espiritú, Dios bendiga a los musicos cristianos.
Ayer te vi
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