lunes, 10 de febrero de 2014

ES LA FORMA EN QUE LO DICES.

Por Raúl Mondragón.


Seguramente haz escuchado esta expresión: "No es lo que dices si no como lo dices", y obviamente a todos nos pasa a menudo en algunas conversaciones o monólogos. Aunque generalmente se aplica al tono de voz. También hay casos donde la entonación y el contenido de lo que se dice busca causar un impacto emocional negativo en los otros.



En lo personal me sucede lo mismo cada vez que escucho la frase: "Hay que cuidar las avenidas del alma". En esencia considero que no es el propósito de la frase, si no como se dice o aplica; tal vez aquel que la enuncia, “sin pretender”, incorpora la antigua filosofía griega que separaba las dimensiones espiritual (alma) y física (cuerpo) de la existencia humana. Creyendo que el alma humana era inmortal, y el cuerpo era temporal y por tanto era considerado de menor valor que un alma duradera.


No obstante esa "asociación" de trasfondo dualista griego, provoca que comience a imaginar que estoy dentro de un cascarón (cuerpo) y que esos cinco sentidos, que son el medio de comunicación con el exterior, no son tan buenos como creía. La pregunta de fondo es ¿Cuan seguros estamos de que lo que hablamos es correcto o cuando menos lo entendemos? No podría más que sintetizarlo en palabras del Proverbio 21:23:

 "El que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de angustias. (La Biblia de las Américas)

 Para meditar.

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