lunes, 11 de noviembre de 2013

LA ÚNICA FORMA ES PRACTICAR EL AMOR

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Por: Raúl Mondragón.





"Alguien que ama no insulta ni maltrata".(1)


Esta es una idea que debería ser muy clara, sobre todo para quien se ostenta como cristiano. Debido al hecho de que es frecuente en los foros de debate cristiano el afán de descalificarse unos a otros; cada día impera la actitud de exclusivismo e intolerancia, lo que evidentemente perjudica las relaciones entre los que se dicen “hermanos”, que apropósito se valen de versículos bíblicos aislados, para sostener sus propios prejuicios e ideas sesgadas y nunca dan cavidad a una reflexión seria, puesto que se la viven reaccionando.


Recientemente alguien colocaba el siguiente versículo:

"Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. (Juan 15:10)

Como un exhorto a  "guardar el Sábado”, casi se podía advertir un suspiro de orgullo y satisfacción por parte del autor; lo cierto es que no es la primera vez que ese versículo es mal utilizado en esta forma.


Analizando el texto.

En primer lugar este versículo se encuentra en la conocida “Parábola de la Vid” cuyo eje fundamental se halla en:  La unidad, la permanencia y llevar frutos.

Jesús pone en paralelo la relación de los discípulos con él y la suya con el Padre. En ambos casos es la fidelidad propia del mismo amor. Y aquí vamos notando el indicio del tema para el texto usado.

Al leer versículo anterior (9):
“Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. "

Aquí se puede advertir una invitación a “Permanecer” en el amor. ¿Y cómo Permanecemos en su amor?

Algo notable es que Juan 15 está acompañado del "qué" y del "cómo" y justamente el versículo 10 lo indica:

“Si guardaréis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.”

Luego entonces cumplir (guardar) sus mandamientos equivale a mantenerse (permanecer) en su amor. La pregunta entonces en este punto es ¿cómo guardo los mandamientos?


Los mandamientos (en plural) o encargos de su Padre a Jesús se identifican con su misión: Salvar a la humanidad (Juan 13:17;12:47). Se entiende como la “Obra de Dios” , la cual implica una acto de amor. Aunque suena a cliché evangélico, no está de más afirmar en esta parte que la razón por la cual Dios actúa en la creación es por amor, y por amor se ha manifestado de diversas maneras a la humanidad para reconciliar a la humanidad con la divinidad.


Ese llamado, a su vez, es seguido con un ejemplo:

"Nadie tiene un amor mayor que éste: que uno dé su vida por sus amigos". (Juan 15:13 LBA)


Jesús insiste en la necesidad de la praxis como criterio de la unión con Él. No existe amor a Jesús ni vida bajo su influjo si no desemboca en el compromiso por los otros. (2) Esto lo podemos notar a través de los escritos de Juan; es obvio que el amar equivale a llevar una vida obediente; tal como lo refiere el CBA :


“Los mandamientos de Jesús eran también los mandamientos de su Padre, pues Jesús no hablaba por sí mismo (12: 49; 14: 10). El respaldó las órdenes de carácter moral dadas al antiguo Israel y magnificó esos mandamientos... ” (3)

Es de toral relevancia que aun Jesús presentó sus propios requerimientos, tales como el nuevo mandamiento (Juan 13: 34), que repite apenas un par de versículos adelante (Juan 15:12) (4) Como ya se ha hecho notar el amor puesto en acción es el móvil impelente de la obediencia.

Por otro lado no se ha dejado el tema de la vid, porque la perfecta armonía es el estado natural de los sarmientos. ¿Cómo nos ha amado Cristo? ¿Qué límite puso sobre su amor hacia nosotros? Entonces, que ese pensamiento sea nuestra guía cuando pensamos en poner límites sobre nuestro amor los unos por los otros.

Conclusión:

No habla aquí de obediencia formal, más bien de “comunión en base al amor”. Por lo tanto, es evidente que no se está refiriendo a "guardar el sábado". Jesús da un criterio objetivo de su relación con él y con Él Padre: El amor en acción.


Cuando Jesús llama a sus seguidores a permanecer en él, lo hace recordando el valor fundamental que mueve la relación de Dios consigo mismo, y con la creación: el amor; concepto que muchos profesos cristianos parecen olvidar en el afán de enfatizar su peculiar punto de vista, y muchas veces, sin siquiera pretenderlo revisten de legalismo a la Palabra de Dios.


Referencias
(1) Lucía Etxebarria Asteinza 1966-?. Escritora española.

(2) Juan Mateos , El evangelio de Juan: análisis lingüístico y comentario exegético (Terrazas, España: Ediciones Cristiandad), 662 .

(3)Comentario Biblico Adventista T5 pag 223

(4) Ibit. No para reemplazar alguno de los preceptos morales -que reflejaban el carácter del Dios inmutable- sino para presentar su verdadero significado y para mostrar cómo sus principios debieran ser aplicados a las diversas situaciones de la vida.

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