martes, 30 de abril de 2013

OTRA REINA SIN CORONA



Por: Raúl Mondragón.

Seguramente se enteró de la noticia que dio la vuelta al mundo: La reina Beatriz de Holanda abdico en favor de su hijo mayor, Guillermo-Alejandro. Honestamente no es sobre esa reina que quedo sin corona de la que quiero reflexionar. Se trata de otra reina y cuyo relato a continuación narro:


Todo sucedió en un mercado sobre ruedas (tianguis o placita como le decimos en México) cuando una señora de algunos 75 años de edad, pidió con voz queda un par de productos... que según balbuceaba siempre solía comprar de a dos (aun a la distancia que me encontraba, algunos 2 metros, alcance a leerle los labios). La dependiente una joven de unos 22 años, no le escuchaba, tan solo mecánicamente le entregaba lo pedido, y con gesto de fastidio (por lidiar con la viejecita) le indicaba el costo y que los pagara en la caja. 

En ese momento esta ancianita de delicada apariencia, coloco los productos en una pequeña bolsa de mano que llevaba, y lentamente abrió su billetera, sus ojos se abrieron un poco más , mientras miraba y hurgaba en aquel viejo monedero de color verde o así me pareció (en realidad el desgaste era tanto que bien pudo ser de otro color), después miro alrededor como tratando de pedir auxilio...¡No! más bien buscaba a aquella jovencita desatenta que la había "atendido"... no conseguía distinguirla entre el bullicio del mercado, así que con paso lento se dirigió hacia la caja, en donde otra señorita con actitud despótica cobraba las transacciones mercantiles.

Y justo aquí...es donde el abuso, la falta de comprensión y la falta de respeto, se fusionan en una amalgama de maldad llamada juventud irreverente.

La ancianita con parsimonia y voz quebrada por los años, trataba de explicarle que solo llevaría uno, porque no le alcanzaba... Esta cajera con aspecto de celadora, materialmente brinco el mostrador que las separaba; y con violencia abrió la bolsa de mano para ver cuantos llevaba... es que como parte del ciclo de ventas, en algún momento los que despachan (vendedores) informan a la caja.

Solo se veía como la escuálida figura de esta ancianita se movía ante los jaloneos y acusaciones de esta mujer de neardental. ¿Me pregunto si harán lo mismo con alguien mas joven?

Antes de que me aproximara, el dueño de aquel puesto ambulante, resolvió el dilema, entre gritos e improperios a la anciana...ahora acusada de ladrona o de intento de robo. ¡Pague uno y deje el otro... o los quiere gratis! Decían ahora los tres.

Y si para mi indignación ahora si todas las miradas sobre aquella viejecita, que hacia no mas de 10 minutos era invisible, un estorbo. ¿Que no entendieron que su proceso mental s un poco mas lento? ¿ Que no entienden que es una persona mayor a la que se le debe respeto? Bueno al menos asi me educaron mis padres.

Esta es una pequeña muestra de los abusos que tristemente son más comunes en contra de los ancianos o mejor dicho adultos mayores. Y es que nuestra sociedad los trata como un estorbo, como seres que no están a tono con el día a día... su lento andar, sus lagunas mentales, sus tediosas platicas tan repetitivas, nos parecen sencillamente inverosímiles.

Son víctimas de abandono, maltrato físico o psicológico, despojados de sus propiedades, de dinero y hasta de la pensión que ofrece el Gobierno y en más de una ocasión, perpetradas por sus mismos familiares.

Todos en algún momento tenemos contacto con ellos, están casi por todos lados, aunque a veces personalmente, no me gustaría verles en determinadas circunstancias como la que me toco observar hoy en un mercado sobre ruedas. Me refiero a los ancianos.

Pero solo cuando somos observadores pasivos o nos toca a nosotros o a algún familiar, es cuando despierta en nosotros la voz de la consciencia que grita y nos dice: "No es justo... y algún día podrías estar en la misma circunstancia". Algunos la acallan diciendo: "Bueno si es que llego..."

Ya es momento de detener nuestra vertiginosa vida y comencemos a respetar a estos que son los abuelos de alguien. Vale recordar siempre el proverbio:

"La cabeza canosa es corona de gloria, y se encuentra en el camino de la justicia". (16:31 BA)

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