Por: Abel Meza
A veces vivimos en una cultura “espiritual” y de “liderazgo” en donde todo pareciera una EXTORSIÓN.
Durante años he visto “autoridades” en la Iglesia que lejos de reflejar el amor de Dios y su misericordia viven extorsionando a sus ovejas con frases como: “Si no haces esto, te quitaremos el privilegio”, “Si no tomas esta decisión, ya no te permitiremos servir”, “Si no nos obedeces, entonces ya no te tomaremos en cuenta en nada”.
Conozco muchas personas y cientos también me escriben sobre este error, en donde sus “autoridades” lejos de orientar, aconsejar o guiar, están dando “ordenes” sobre ciertos aspectos de la vida muy personal que de no obedecerles, entonces además de “desobedecer a Dios” están desobedeciendo “su autoridad” y por consiguiente se le retirará su privilegio.
A mi me da una pena muy grande, ver, escuchar o saber de lideres que dejaron de ser aquellos siervos de Dios y se convirtieron en EXTORSIONISTAS ESPIRITUALES.
Quizá alguno se preguntará: ¿Qué es una extorsión?: Es la obtención por la fuerza o con intimidación de una cosa de alguien.
A veces se nos olvida que a la fuerza las cosas no sirven, que la gente de nuestras Iglesias no tienen que vivir intimidadas, ni mucho menos tienen que sentirse obligadas a hacer lo que nosotros queremos que hagan.
La voluntad de Dios en cuanto a la obediencia es que de cada uno de nosotros, de nuestro propio corazón salga la intención sincera de servirle, de agradarle, de buscar siempre lo bueno, de tratar de hacer bien las cosas y no por una obligación o imposición de alguna autoridad.
Cuando las autoridades de las Iglesias comprendamos esto, tendremos en nuestro rebaño gente sincera que ama a Dios y que como consecuencia de ese amor que sienten por Dios buscaran hacer siempre el bien, no porque se sientan intimidados a que si no lo hacen les ira mal o le quitaran los privilegios, sino porque entienden que Dios lo dio todo por ellos y como consecuencia ahora ellos quieren dar todo por Dios.
Quizá tu seas líder, pastor o tengas a cargo a una o varias personas, por favor, para ti es este mensaje: Deja de extorsionar a la gente, no digas que Dios dice, cuando Dios no te ha dicho nada, no infundas temor a tus ovejas, en su lugar cuídalas, ámalas, protégelas, vela por su bienestar y guíalas siempre por el sendero de la verdad, sin necesidad de llegar a la extorsión, sino con amor, transmite ese amor de Dios y sus corazones al sentir ese amor no querrán más nada que obedecer a Dios.
La gente no tiene porque sentirse intimidada por Dios, mucho menos por ti. La gente lo que tiene que percibir es el amor que Dios les tiene y como consecuencia de ese amor, cada uno de su propia voluntad querrán agradarlo, servirle y vivir cada segundo de su vida para Él.
¿Qué es mas fácil?, ¿Intimidar a través de la extorsión a la gente? ó ¿Transmitir el amor de Dios a cada persona para que el Espíritu Santo redarguya sus corazones y como consecuencia vivan de forma justa delante de Dios?
No uses mal la autoridad que Dios te dio, recuerda que tu también puedes en momento determinado estar en la posición de la otra persona, por tal razón trata siempre a toda persona como quisieras que te trataran si estuvieras en su lugar. No te aproveches de tu autoridad, recuerda que sigues siendo siervo de Dios y no Señor, sigues siendo hijo al igual que las otras personas, delante de Dios todos somos iguales, no hay privilegio especial, por lo tanto no hagas lo que Dios no haría, ni digas lo que Dios no diría.
La voluntad de Dios es que cada uno de nosotros valoremos su sacrificio y que tengamos conciencia de ello y por consiguiente vivamos de una manera agradable a Él, no por obligación o imposición, sino por amor puro, sincero y verdadero a Dios, quien es el que nos ha dado vida y vida en abundancia.
“Dios ha demostrado cuánto ama a todo el mundo, pues les ha ofrecido la posibilidad de salvarse del castigo que merecen. Ese amor de Dios nos enseña que debemos dejar de hacer el mal, y no desear lo malo de este mundo. También nos enseña que, en este mundo, debemos ser honestos y fieles a Dios, y pensar bien lo que hacemos. Así debemos vivir, mientras llega ese día feliz y maravilloso que todos esperamos, cuando se manifestará nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Él quiso morir para rescatarnos de todo lo malo y para purificarnos de nuestros pecados. Al hacerlo, nos convirtió en su pueblo, en un pueblo decidido a hacer el bien”.
Tito 2:11-14 (Traducción en lenguaje actual)
¡No extorsiones, ama como Dios te amo a ti!
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