Por: Raúl Mondragón
INTRODUCCIÓN
Al hablar del tema de la Trinidad entendemos a
la luz de la historia cristiana que no es un asunto nuevo; y ha traído división, incluso para algunos al
racionalizar este asunto han considerado que si en las Sagradas Escrituras se
le llama “Dios Padre” a Dios, por lo tanto Jesús el Hijo, debe ser un hijo
literal y el Espíritu Santo el mismo
Jesús en forma espiritual. Tal parece que no hay palabra o argumento que nos
pueda hacer captar fácilmente la Trinidad; pero ¿realmente es así?; ¿Qué dice la propia
Biblia al respecto? Y ¿Cuál es el
enfoque de la iglesia adventista?
Este artículo pretende aportar evidencias para encontrar respuesta a estas interrogantes, mediante argumentos doctrinales y evidencias escriturales para esclarecer este asunto; estableciendo algunos principios básicos de interpretación, identificaremos palabras clave, en el griego y hebreo; atravez del uso de diccionarios y diversos comentarios de especialistas en el tema. Debido a que la información que existe es abundante, solo pondremos de manera ordenada los conceptos sobresalientes que de esta investigación se arrojaron.
Este artículo pretende aportar evidencias para encontrar respuesta a estas interrogantes, mediante argumentos doctrinales y evidencias escriturales para esclarecer este asunto; estableciendo algunos principios básicos de interpretación, identificaremos palabras clave, en el griego y hebreo; atravez del uso de diccionarios y diversos comentarios de especialistas en el tema. Debido a que la información que existe es abundante, solo pondremos de manera ordenada los conceptos sobresalientes que de esta investigación se arrojaron.
LA DIVINIDAD: EL DIOS
UNO
Consideraciones y Contexto
Se
hace necesario que antes de abordar y
dar explicación a los pasajes Bíblicos en los que sustentaremos la doctrina de
la Trinidad o Divinidad, [1] se
establezcan algunos principios de interpretación; ya que como Tomas De la fuente acertadamente escribe:
“Todo lector de la Biblia puede acostumbrarse tanto al lenguaje Bíblico que llega a leer por encima de las palabras muy conocidas, creyendo que las lee con toda exactitud. Cuando lee así, los errores de su lectura habitual se graban aún más profundamente en su cerebro. Para entender correctamente cualquier pasaje escrito, es necesario leerlo siempre con cuidado. Entre más importante sea lo que está escrito, más serios serán los errores que se cometen al no leerlo bien”.[2]
Así que para tal efecto consideremos lo siguiente:
1. Desde un inicio la iglesia cristiana, estableció que la Biblia es su propio interprete, a pesar de la influencia cultural y el intento de socavar el mismo, los adventistas del séptimo día incorporan a este el principio de sola scritura el de tota scritura, esto sin dejar de lado la razón humana aunque esta debe ser influenciada y guiada por el Espíritu Santo en todo el proceso de interpretación hermenéutica, debido su condición de pecado.
2. Las presuposiciones deben estar sujetas al concepto de un “Dios vivo”, que interactúa con el ser humano, la revelación dada por Dios son verdades eternas pero escritas en lenguaje humano imperfecto, el trabajo del Espíritu Santo es guiar al escritor para que el mensaje sea fiel; a esto se le denomina inspiración.
3. Jesús mismo da autoridad a las escrituras, al citarlas. Toda la Biblia esta en armonía, y forma una unidad, el mismo que inspiro, guío para definir los escritos que la integran, por lo tanto su naturaleza es divina y no se puede tratar como cualquier otro libro; puede ser que existan errores pero estos no representan problemas doctrinales.
4. Las recomendaciones dadas al abordar un texto bíblico siempre debe apegarse a una ética sumisa y humilde buscando la dirección de Dios atravez de la oración. En general los principios hermenéuticos que usamos para la escritura son: Revisar el contexto inmediato, contexto global, mostrar el principio temporal y universal que tiene el texto e identificar el ministerio de Jesús en el devenir de la humanidad.
5. De manera sistemática se resumen los métodos y herramientas útiles para el estudioso de la Biblia, considerando premisas y principios siempre sujetos a la dirección de lo que la Escritura dice. [3]
6. En el estudio de las palabras del N. T. es imperativo tener en cuenta, no solamente el koinē escrito, sino también el koinē hablado; no siempre es seguro determinar qué significado tiene una palabra en el N.T., deduciendo su significado del griego clásico, ya que el cristianismo ha impuesto, en muchos casos, un nuevo significado a tales palabras.[4]
Cabe señalar que la tendencia de el uso del método “histórico-critico modificado”, representa un peligro ya que en general relega la intervención divina y pueden afectar las doctrinas.[5]
“Todo lector de la Biblia puede acostumbrarse tanto al lenguaje Bíblico que llega a leer por encima de las palabras muy conocidas, creyendo que las lee con toda exactitud. Cuando lee así, los errores de su lectura habitual se graban aún más profundamente en su cerebro. Para entender correctamente cualquier pasaje escrito, es necesario leerlo siempre con cuidado. Entre más importante sea lo que está escrito, más serios serán los errores que se cometen al no leerlo bien”.[2]
Así que para tal efecto consideremos lo siguiente:
1. Desde un inicio la iglesia cristiana, estableció que la Biblia es su propio interprete, a pesar de la influencia cultural y el intento de socavar el mismo, los adventistas del séptimo día incorporan a este el principio de sola scritura el de tota scritura, esto sin dejar de lado la razón humana aunque esta debe ser influenciada y guiada por el Espíritu Santo en todo el proceso de interpretación hermenéutica, debido su condición de pecado.
2. Las presuposiciones deben estar sujetas al concepto de un “Dios vivo”, que interactúa con el ser humano, la revelación dada por Dios son verdades eternas pero escritas en lenguaje humano imperfecto, el trabajo del Espíritu Santo es guiar al escritor para que el mensaje sea fiel; a esto se le denomina inspiración.
3. Jesús mismo da autoridad a las escrituras, al citarlas. Toda la Biblia esta en armonía, y forma una unidad, el mismo que inspiro, guío para definir los escritos que la integran, por lo tanto su naturaleza es divina y no se puede tratar como cualquier otro libro; puede ser que existan errores pero estos no representan problemas doctrinales.
4. Las recomendaciones dadas al abordar un texto bíblico siempre debe apegarse a una ética sumisa y humilde buscando la dirección de Dios atravez de la oración. En general los principios hermenéuticos que usamos para la escritura son: Revisar el contexto inmediato, contexto global, mostrar el principio temporal y universal que tiene el texto e identificar el ministerio de Jesús en el devenir de la humanidad.
5. De manera sistemática se resumen los métodos y herramientas útiles para el estudioso de la Biblia, considerando premisas y principios siempre sujetos a la dirección de lo que la Escritura dice. [3]
6. En el estudio de las palabras del N. T. es imperativo tener en cuenta, no solamente el koinē escrito, sino también el koinē hablado; no siempre es seguro determinar qué significado tiene una palabra en el N.T., deduciendo su significado del griego clásico, ya que el cristianismo ha impuesto, en muchos casos, un nuevo significado a tales palabras.[4]
Cabe señalar que la tendencia de el uso del método “histórico-critico modificado”, representa un peligro ya que en general relega la intervención divina y pueden afectar las doctrinas.[5]
De la Trinidad se dice que es una doctrina
pagana y fue usada por el filósofo Platón
en el siglo IV e incluso no aparece en la Biblia; desde luego la palabra como
tal no aparece, pero su enseñanza es consistente en la Sagrada Escritura. Este
movimiento en contra de la Trinidad inicio con Sabelio [6] y
después Arrio[7] quienes
negaban la divinidad del Espíritu Santo. El Concilio de Nicea, preocupado con
la herejía arriana, proclama sólo la consubstancialidad del Hijo[8].
Pero, cuando el obispo arriano, Macedonio de Constantinopla (362d.c), a pesar
de haber admitido la consubstancialidad del Hijo, se niega a admitir la del
Espíritu Santo, fue combatido por Basilio, Dídimo el Ciego y Gregorio Nacianceno y, pocos años después
(381d.c) condenado por los Concilio de Constantinopla. El dogma cristiano[9] ha
definido la verdad del Espíritu Santo y sosteniendo; al modo cómo se
constituye, en el ser divino esta tercera Persona; la Iglesia le ha llamado,
siguiendo la terminología escrituraria, “procesión” del griego ekporeumai; partir, ser liberado, proceder, proyectar: difundir,
ir, partir, proceder, salir, seguir;[10] O también, con un término que hace relación al
sentido más primitivo de la palabra pneuma “espíritu”, “espiración”[11]. ;
historia precedente, y sus presupuestos e implicaciones, aunque sea en sus
líneas generales. En la S. E. nunca se emplea la palabra “procesión” en
relación de origen del Espíritu Santo del Hijo; sólo se emplea en relación de
origen del Padre, la razón es sencilla: el verbo griego ekporeumai, está significando, sí un proceder, pero únicamente del
primer principio; y es claro que esto se aplica al Padre, “fuente” de la
Trinidad. Autores orientales han argumentado a partir de ese dato, para negar
la procesión del Espíritu Santo del Hijo. Pero los Doctores occidentales han
argumentado de una manera decisiva, advirtiendo que el Espíritu Santo, en la S.
E., aparece como “dado”, “enviado”, que “recibe” lo que tiene del Hijo. Y eso,
al interior de la Trinidad, no puede ser explicado más que a través de la
procedencia.[12] De otro
modo el Espíritu Santo aparecería con una procesión de criatura; es decir si el
Hijo puede donarle y enviarle, es porque tiene sobre Él una razón originante de su ser personal.
Debemos mencionar que conocer la persona de Dios es un misterio, los numerosos argumentos en pro o en contra de su existencia, muestran que la sabiduría humana no puede penetrar lo divino, equivaldría a usar una lupa en el estudio de las constelaciones. Por eso para muchos, la sabiduría de Dios es una sabiduría “oculta” (1Cor.2:7)[13]. Sin embargo esta concepción por extraño que parezca, concuerda con el sentido general de la Biblia donde la característica fundamental de Dios no es su incomprensibilidad, sino su manifestación en Jesucristo anunciada en la predicación de los apóstoles y por el testimonio de toda la Iglesia; es cierto que él núcleo del misterio queda siempre fuera del alcance de la inteligencia humana, pero no es menos verdad que nos concierne íntimamente y opera en nosotros, ya que su revelación viene a esclarecer nuestro propio ser, es decir; “La Palabra de Dios manifestada visiblemente, es la expresión de lo inefable, signo eficaz, por cuyo medio se realiza el designio salvífico, que atañe a nuestra propia realidad humana.[14] En el N.T. denota no lo que es misterioso, como sucede con el término castellano, sino aquello que, estando más allá de la posibilidad de ser conocido por medios naturales, solo puede llegarse a saber por revelación divina, y se hace saber de una manera y en un tiempo señalados por Dios [15]. Hay tres misterios plenamente reconocidos en la Biblia: la piedad, la iniquidad y la iglesia.
En 1 Timoteo 3:16 [16] encontramos el misterio de la piedad, y será el que abordemos; el uso principal en el N.T. del término “misterio” es utilizado por Pablo; como hombre educado de su época, él entendía bien la manera de pensar de los paganos y aceptó este término para indicar el hecho de que su evangelio le había sido revelado por el Cristo resucitado. Esta verdad se podía aclarar de la mejor manera a sus contemporáneos si él adoptaba el término pagano que ellos entendían, añadiéndole un significado cristiano especial. Tan solo en unos pocos pasajes el término se refiere a un símbolo, alegoría o parábola que esconde su significado de los que buscan sólo un sentido literal (Apoc 1:20; 17:5,17:7; Mar 4:11; Efe 5:32).[17] El significado de la palabra misterio del griego, mustérion un derivado de muo(cerrar la boca; secreto o misterio.[18] Entre los antiguos griegos “los misterios” eran ritos religiosos y ceremonias que se practicaban en el seno de sociedades secretas en las que podía ser recibido aquel que lo deseaba; los que eran iniciados en estos “misterios” venían a ser poseedores de un cierto conocimiento que no se impartía a los no iniciados, y por esto recibían el nombre de “los perfeccionados”,[19] por lo que debemos entender que eran iniciados en el conocimiento de “algo”, no en la consumación; porque hay cosas que no pueden ser reveladas. La cristiandad no tiene doctrinas secretas como las tenían las antiguas religiones.
El misterio cristiano, es el propósito divino de redención por medio de Cristo que abarca a toda la creación (Rom 16:25).[20] Entonces cuando leemos Colosenses 2:1-3 implicaría que podemos entender los misterios, pero al aplicar lo ya expuesto, y entender su verdadero contexto sería que hay cosas “no reveladas”, como dice en Deuteronomio 29:29 “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros” la pregunta seria ¿Por qué no revelo todo? Como hemos dicho antes, nos ha revelado su voluntad para guiarnos al Padre, la misma Biblia no es un diccionario para todos los problemas, pero nos ayuda a resolverlos, su objetivo es salvífico.
Este articulo esta dividido en cuatro partes. Para descargar el articulo completo da clik
Debemos mencionar que conocer la persona de Dios es un misterio, los numerosos argumentos en pro o en contra de su existencia, muestran que la sabiduría humana no puede penetrar lo divino, equivaldría a usar una lupa en el estudio de las constelaciones. Por eso para muchos, la sabiduría de Dios es una sabiduría “oculta” (1Cor.2:7)[13]. Sin embargo esta concepción por extraño que parezca, concuerda con el sentido general de la Biblia donde la característica fundamental de Dios no es su incomprensibilidad, sino su manifestación en Jesucristo anunciada en la predicación de los apóstoles y por el testimonio de toda la Iglesia; es cierto que él núcleo del misterio queda siempre fuera del alcance de la inteligencia humana, pero no es menos verdad que nos concierne íntimamente y opera en nosotros, ya que su revelación viene a esclarecer nuestro propio ser, es decir; “La Palabra de Dios manifestada visiblemente, es la expresión de lo inefable, signo eficaz, por cuyo medio se realiza el designio salvífico, que atañe a nuestra propia realidad humana.[14] En el N.T. denota no lo que es misterioso, como sucede con el término castellano, sino aquello que, estando más allá de la posibilidad de ser conocido por medios naturales, solo puede llegarse a saber por revelación divina, y se hace saber de una manera y en un tiempo señalados por Dios [15]. Hay tres misterios plenamente reconocidos en la Biblia: la piedad, la iniquidad y la iglesia.
En 1 Timoteo 3:16 [16] encontramos el misterio de la piedad, y será el que abordemos; el uso principal en el N.T. del término “misterio” es utilizado por Pablo; como hombre educado de su época, él entendía bien la manera de pensar de los paganos y aceptó este término para indicar el hecho de que su evangelio le había sido revelado por el Cristo resucitado. Esta verdad se podía aclarar de la mejor manera a sus contemporáneos si él adoptaba el término pagano que ellos entendían, añadiéndole un significado cristiano especial. Tan solo en unos pocos pasajes el término se refiere a un símbolo, alegoría o parábola que esconde su significado de los que buscan sólo un sentido literal (Apoc 1:20; 17:5,17:7; Mar 4:11; Efe 5:32).[17] El significado de la palabra misterio del griego, mustérion un derivado de muo(cerrar la boca; secreto o misterio.[18] Entre los antiguos griegos “los misterios” eran ritos religiosos y ceremonias que se practicaban en el seno de sociedades secretas en las que podía ser recibido aquel que lo deseaba; los que eran iniciados en estos “misterios” venían a ser poseedores de un cierto conocimiento que no se impartía a los no iniciados, y por esto recibían el nombre de “los perfeccionados”,[19] por lo que debemos entender que eran iniciados en el conocimiento de “algo”, no en la consumación; porque hay cosas que no pueden ser reveladas. La cristiandad no tiene doctrinas secretas como las tenían las antiguas religiones.
El misterio cristiano, es el propósito divino de redención por medio de Cristo que abarca a toda la creación (Rom 16:25).[20] Entonces cuando leemos Colosenses 2:1-3 implicaría que podemos entender los misterios, pero al aplicar lo ya expuesto, y entender su verdadero contexto sería que hay cosas “no reveladas”, como dice en Deuteronomio 29:29 “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros” la pregunta seria ¿Por qué no revelo todo? Como hemos dicho antes, nos ha revelado su voluntad para guiarnos al Padre, la misma Biblia no es un diccionario para todos los problemas, pero nos ayuda a resolverlos, su objetivo es salvífico.
Este articulo esta dividido en cuatro partes. Para descargar el articulo completo da clik
[1] Es el concepto cristiano más
adecuado para definir al Dios triunfo.
[2] Tomas
De la Fuente, Claves de interpretación
bíblica , edición actualizada (El Paso, Texas: Casa Bautista de
Publicaciones ,1985), 36
[3] George
W. Reid, Entender las Sagradas Escrituras:
El enfoque adventista (CEE) (Miami, Florida: Asociación Publicadora
Interamericana,2009) 1,135
[4] Louis
Berkhof, Principios
de interpretación Bíblica(PIB)(Grand Rapids, Michigan: Libros Desafio,2005),26
[5] CEE,133
[6] http://wikippedia.org
:fue un teólogo y
sacerdote cristiano que, en
el siglo III desarrolló y fue
el máximo exponente del modalismo, una
doctrina también conocida como sabelianismo, considerada herética por el
catolicismo romano, que se oponía al dogma de la Trinidad al
considerar que Dios es una sola Persona divina y, consecuentemente, el Padre,
el Hijo, y el Espíritu Santo son sólo tres de los muchos modos de manifestarse
el mismo Ser de Dios.
[7] Ibit En el Siglo IV Arrio (256 - 336) fue un presbítero de Alejandría (Egipto),
probablemente de origen libio.Discípulo de Luciano
de Antioquía, se enfrentó a su obispo proclamando que Dios (el Padre) había creado de la nada al Logos (su Hijo);
que “hubo un tiempo en que el Hijo no
existía”, y que por tanto el Hijo era una creación de Dios y no era Dios mismo.
Éste era divino (un dios) pero que esta divinidad no era de la magnitud que la
del Padre, por lo tanto no se podía llamarlo Dios Verdadero.Su doctrina se
conoce como arrianismo, aunque ya
existía antes de Arrio; por ejemplo, en las obras de Pablo de Samosata, fue
condenado en el concilio de Nicea.
[8] http://www.rae.es/RAE/Noticias.nsf/Home?ReadForm
se usara este (DRA)(Del lat.
consubstantiālis). adj. Rel. Que es de la misma sustancia, naturaleza
indivisible y esencia que otro.
[9] DRA(Del lat. dogma, y este del gr. δόγμα). m. Proposición que se asienta
por firme y cierta y como principio innegable de una ciencia. 2. Doctrina de
Dios revelada por Jesucristo a los hombres y testificada por la Iglesia. 3.
Fundamento o puntos capitales de todo sistema, ciencia, doctrina o religión.
[10] Strong, J. Nueva Concordancia Strong exhaustiva:
Diccionario (NC) (Nashville, TN: Caribe2002), 27
[11] Ibit,45
[12] Gran
Enciclopedia Rialp, Ediciones Rialp S.A., 1991 ver “Espiritu
Santo”
[13] Asociación General, Creencias de los Adventistas del Séptimo
día: Una exposición Bíblica de las doctrinas fundamentales de la IASD(CASD) (Nampa,Idaho: Publicaciones Interamericanas,2006),24,25
[14] Diccionario Teológico “El Dios
Cristiano”
[15] W.E. Vine, Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y Nuevo Testamento:
exhaustivo (DENT),trad. Santiago
Escuain(Nashville, TN.: Editorial
Caribe,1999),ver “misterio”
[16] Santa Biblia Nueva Reina Valera 2000(SRV)(Miami, Florida: Asociación Publicadora Interamericana,2000)
se usara está a menos de que se indique lo contrario.
[17]
Diccionario Bíblico JD Douglas
[18] Strong NC, 41
[19] DENT,ver “misterio”
[20] Diccionario
Bíblico JD Douglas
No hay comentarios:
Publicar un comentario