Siempre he pensado que vivir cerca de la nación “más poderosa” del mundo (EUA) es una verdadera tragedia, porque en muchos sentidos somos su basurero particular, y su laboratorio experimental. Esto se vuelve cada día más tenebroso, al mirar el éxodo masivo de hermanos centro y sudamericanos que en el intento de “cruzar la frontera”, pasan por estas tierras golpeadas por la misma miseria de la que vienen huyendo.
Ahora los inmigrantes, deambulan por toda la ciudad (San Luis Potosí) pidiendo dinero... A veces solo los vemos indiferentes, casi como si no fueran seres de este planeta. En ocasiones buscamos una moneda de bajo valor en nuestros bolsillos; incluso he visto quien les dona: una torta, un pan, una botella de agua… vaya si hasta en una ocasión una pequeña dio su” paleta de agua”.
En ocasiones es muy fácil “mirar los toros desde la barrera” y hacer un juicio sobre estos “inmigrantes”, especialmente si lo hacemos sentados en el sillón viendo la televisión o desde el interior cómodo y climatizado de nuestro automóvil. Y desde ahí asumimos una actitud,( mientras meneamos la cabeza, en señal de reproche) e incluso decimos que, sencillamente no se esforzaron lo suficiente, ya que todos tenemos oportunidades, solo requerían esforzarse y trabajar, por lo tanto ellos no decidieron trabajar. Y suponemos que su situación de pobreza, es producto de su propia "pereza", ya que las "oportunidades", son para quien se esfuerza ;y hasta nos atrevemos a ponernos de ejemplo (miren me a mi).
Que absurdo, en este sentido me parecen precisas las palabras de Brenda Pereyra Cousiño, cuando dice::
“Desde ahí todos imaginamos que en todo país hay oportunidades donde las personas deciden tomarlas o no. Deciden trabajar o no. Deciden alquilar una vivienda o no. Deciden mandar a sus hijos a la escuela o no. Y todos imaginamos una sociedad donde la pobreza es una decisión individual en una sociedad que ofrece igualdad de oportunidades para todos, pero sólo algunos de ellos deciden tomarlas mientras otros deciden seguir siendo pobres”.[1]
Y según nosotros, ellos deciden buscar la salida más fácil, y perseguir el sueño americano. ¿la más fácil? Pregúntele a algún familiar o vecino que tiene parientes en “el otro lado” a ver si es fácil.
Qué manera tan infantil de ver la vida. Que terrible es no tener algo tan esencial como oportunidades. Valoremos nuestras bendiciones. Y nunca juzguemos a estos hermanos; porque si algo me ha sorprendido de algunos es su integridad. Una integridad que los lleva a “lavar un carro” utilizando su propia camisa (a falta de franela) y un par de baldes de agua, tan solo por una comida.
En esos instantes cuando miro sus caras y manos extendidas; retumban en mi cabeza las palabras de Mateo 25:45
"Él les responderá: "Les aseguro que todo lo que no hicieron por el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron por mí." (RVR60)
Me pregunto ¿ en dónde quedo la sensibilidad ante el sufrimiento humano? ¿Cuándo dejamos de ver a Jesús en el sufriente? Incluso he pensado en cargar muchas monedas y dar una por cada necesitado. La realidad es que no bastaría. Mientras vivamos en este mundo lleno de miseria, estas situaciones de injusticia y desigualdad seguirán. No obstante muy en el fondo reconocemos que ambos somos víctimas de una sociedad desigual e injusta donde ni siquiera elegimos el lugar donde nacimos, pero ese hecho ha marcado el futuro de nuestras vidas, somos para el mundo simplemente “latinos”.
Por tanto mi esperanza es el pronto advenimiento de Jesús, esto no es escapismo, es un anhelo profundo. ¡Ven pronto Señor Jesús!
En ocasiones es muy fácil “mirar los toros desde la barrera” y hacer un juicio sobre estos “inmigrantes”, especialmente si lo hacemos sentados en el sillón viendo la televisión o desde el interior cómodo y climatizado de nuestro automóvil. Y desde ahí asumimos una actitud,( mientras meneamos la cabeza, en señal de reproche) e incluso decimos que, sencillamente no se esforzaron lo suficiente, ya que todos tenemos oportunidades, solo requerían esforzarse y trabajar, por lo tanto ellos no decidieron trabajar. Y suponemos que su situación de pobreza, es producto de su propia "pereza", ya que las "oportunidades", son para quien se esfuerza ;y hasta nos atrevemos a ponernos de ejemplo (miren me a mi).
Que absurdo, en este sentido me parecen precisas las palabras de Brenda Pereyra Cousiño, cuando dice::
“Desde ahí todos imaginamos que en todo país hay oportunidades donde las personas deciden tomarlas o no. Deciden trabajar o no. Deciden alquilar una vivienda o no. Deciden mandar a sus hijos a la escuela o no. Y todos imaginamos una sociedad donde la pobreza es una decisión individual en una sociedad que ofrece igualdad de oportunidades para todos, pero sólo algunos de ellos deciden tomarlas mientras otros deciden seguir siendo pobres”.[1]
Y según nosotros, ellos deciden buscar la salida más fácil, y perseguir el sueño americano. ¿la más fácil? Pregúntele a algún familiar o vecino que tiene parientes en “el otro lado” a ver si es fácil.
Qué manera tan infantil de ver la vida. Que terrible es no tener algo tan esencial como oportunidades. Valoremos nuestras bendiciones. Y nunca juzguemos a estos hermanos; porque si algo me ha sorprendido de algunos es su integridad. Una integridad que los lleva a “lavar un carro” utilizando su propia camisa (a falta de franela) y un par de baldes de agua, tan solo por una comida.
En esos instantes cuando miro sus caras y manos extendidas; retumban en mi cabeza las palabras de Mateo 25:45
"Él les responderá: "Les aseguro que todo lo que no hicieron por el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron por mí." (RVR60)
Me pregunto ¿ en dónde quedo la sensibilidad ante el sufrimiento humano? ¿Cuándo dejamos de ver a Jesús en el sufriente? Incluso he pensado en cargar muchas monedas y dar una por cada necesitado. La realidad es que no bastaría. Mientras vivamos en este mundo lleno de miseria, estas situaciones de injusticia y desigualdad seguirán. No obstante muy en el fondo reconocemos que ambos somos víctimas de una sociedad desigual e injusta donde ni siquiera elegimos el lugar donde nacimos, pero ese hecho ha marcado el futuro de nuestras vidas, somos para el mundo simplemente “latinos”.
Por tanto mi esperanza es el pronto advenimiento de Jesús, esto no es escapismo, es un anhelo profundo. ¡Ven pronto Señor Jesús!
[1] Brenda
Pereyra Cousiño es Licenciada en Trabajo Social, Magister en Ciencias Políticas
y actualmente trabajando en una tesis doctoral. Es Directora Académica de
SIT/Study Abroad – World learning y profesora de la Universidad Nacional de
Lanus, en Buenos Aires. Es autora de artículos de su especialidad publicados en
libros y de artículos para la Revista Vida Feliz, publicada por la Asociación
Casa Editora Sudamericana, en Argentina. Articulo disponible en: Escritoresadventistas.blogspot.mx/2012/06/decisiones-injustas.html?spref=fb
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