Un gran sacrificio hiciste por mí, dando tu vida misma
en tremenda aflicción
cuando miro el hueco de tus manos, quisiera llenarlos
con mi ser
querido Cristo todo eso hiciste, solo por darme redención
pero entiendo que nada, nada se compara a tu gran
amor y anhelo igual a ti ser
Ahora cuando me postro de rodillas entiendo en oración
tu amor y tu perdón.
y al meditar en las páginas sagradas, percibo tu grandeza
y misericordioso carácter
mi pobre esencia se estremece al sentir el tierno
abrazo de tu consolación.
amoroso redentor, que restauras al débil pecador con palabras cariñosas, de tu gran saber
¡Cuántas veces busque el refugio que brindas tú!,
pero hombres farsantes me rechazaron
cuantas veces me sentí solo sin saber que allí a mi
lado estaba mi Jesús.
¡Cuántas veces clame ayuda al mundo atroz ¡ y aun luche como fiera que emboscaron
Alabo tu gran Nombre y me rindo ante ti porque llegaste y me alcanzaste desde la cruz.
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