domingo, 24 de junio de 2012

CONSEJOS PRE-MATRIMONIALES



Nota introductoria (por Raúl Mondragón): Es innegable que un gran número de  jóvenes son sexualmente activos; omitir dicha realidad es cerrar los ojos frente a algo que no se puede negar. Esta pequeña reflexión del Ptr. Mario Cavazos nos invita a meditar en este asunto.






***
CONSEJOS  PRE-MATRIMONIALES

Constantemente invito a los jóvenes y señoritas a evitar caer en la mentira: “que no hay problema con el sexo antes del matrimonio”; porque hace ya mucho tiempo nuestra sociedad, tristemente incluidos muchos de nuestros feligreses (cristianos adventistas), tienen el concepto de que es mejor el sexo seguro que la abstinencia. Pero esa es una mentira tan grande como la teoría de que cuando morimos nos vamos al infierno o al paraíso. Sin embargo, a pesar del esfuerzo todavía seguimos escuchando situaciones similares entre la juventud cristiana.

El concepto actual es que si amas es suficiente para entregarte en cuerpo y alma; pero igual es mentira esto. Si amas, en primer lugar tienes que respetarte a ti mismo(a); igual, si amas, quiere decir que Dios permitió que conocieras a la persona y que la relación pasara de una amistad a una relación diferente, entonces, debes seguir las indicaciones divinas en cuanto a esto y lograrás lo que te propones en tu matrimonio, pero sólo si sigues la voluntad de Dios. Y esto, debe ser al pie de la letra, sin pensar que Dios se equivocó con las instrucciones. Elena G de White en el libro “Camino a Cristo” declara:

"Cuando el pecado ha amortiguado la percepción moral, el injusto no discierne los defectos de su carácter, ni comprende la enormidad del mal que ha cometido y, a menos que ceda al poder convincente del Espíritu Santo, permanecerá parcialmente ciego sin percibir su pecado. Sus confesiones no son sinceras ni de corazón. Cada vez que reconoce su maldad trata de excusar su conducta declarando que si no hubiese sido por ciertas circunstancias, no habría hecho esto o aquello, de lo que se lo reprueba."[1]

Y este otro (para que nadie se confunda con lo que pretendo explicar):

"No basta comprender la bondad amorosa de Dios, ni percibir la benevolencia y ternura paternal de su carácter. No basta discernir la sabiduría y justicia de su ley, ver que está fundada sobre el eterno principio del amor. El apóstol Pablo veía todo esto cuando exclamó: "Consiento en que la ley es buena", "la ley es santa, y el mandamiento, santo y justo y bueno". Mas él añadió en la amargura de su alma agonizante y desesperada: "Soy carnal, vendido bajo el poder del pecado" (Romanos 7: 12, 14). Ansiaba la pureza, la justicia que no podía alcanzar por sí mismo, y dijo: "¡Oh hombre infeliz que soy! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte?" (Romanos 7: 24). La misma exclamación ha subido en todas partes y en todo tiempo, de corazones sobrecargados. No hay más que una contestación para todos: "'¡He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!" (S. Juan 1: 29)."[2]

Conclusión (Por Raúl Mondragón):
Está por demás mencionar los graves problemas que acarrean las relaciones sexuales pre-matrimoniales (reflejo de un noviazgo insano)
El objetivo es educar, tanto a padres como a jóvenes para llevar un noviazgo saludable. Esto permitirá que los jóvenes tomen decisiones adecuadas en función a principios cristianos y valores universales.

Por otro lado la gran cantidad de jóvenes que mantienen relaciones sexuales ha llevado a muchos a pensar que lo que más buscan es la actividad sexual; sin embargo, esto no es  siempre  tan cierto y es el común denominador. Si lo analizamos a fondo y logramos conectar con los adolescentes, lo que descubrimos finalmente es que lo que los jóvenes buscan, en primer lugar, es sentirse amados y aceptados.
Por desgracia en torno a los adolescentes se tejen muchos mitos. Y a los mismos adultos se nos olvida que alguna vez fuimos también jóvenes.


Mario Cavazos Mancha es Lic en Teologia, con Maestria en Relaciones familiares, Conferenciante incansable, Pastor Adventista, y se desempeña actualmente como Dir. De Publicaciones en la Asociación Olmeca Mexico.

Referencias


[1] Elena G, de White, El camino a Cristo (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1985), 39.
[2] Ibid, pág. 17

No hay comentarios:

Publicar un comentario