Por: Raúl Mondragón.
"Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo. (Juan 6:15)
En varias ocasiones he observado todo el protocolo que se realiza para
"recibir" a un dirigente eclesiástico, con valla, confeti, alfombra
roja, etc... a semejanza de cualquier dignatario o político carismático
(secular). No entiendo el afán con el que se hacen dichos preparativos;
me pregunto ¿será para alagar o agrandar el ego de la institución o de la persona?
Bueno al menos algunos dignatarios terrenales no solo posan para las
fotos, cortan listones, develan alguna placa, no, aunque parezca extraño
muchos se toman algún tiempo para intercambiar impresiones con algún
desamparado asistente y otros más osados hasta hacen compromisos.
Hasta hay ejemplos formidables de servicio y recientemente los viví,
sobre todo en las instancias médicas, donde el director en su recorrido
matutino visita a cada paciente hospitalizado.
Cuan diferente a
la actitud del buen Pastor Jesucristo y cuanto bien haría seguir su
ejemplo sobre todo tratándose de líderes espirituales. La frase a
recordar en labios del propio Señor Jesús es:
"Porque el Hijo del
Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en
rescate por muchos". (Marcos 10:45)
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