ESPECULACIÓN Vs CONFIANZA

Por: Raúl Mondragón. 

Seguramente ya en muchos de los sitios adventistas, se esparció la noticia de la súbita e inesperada renuncia del Papa Benedicto XV, y obviamente el común denominador es: "El cumplimiento profético".



 A titulo personal y con todo respeto me chocan las teorías conspirativas. Esto de andar poniendo cuidado en si estornuda el papa (o renuncia) y que ademanes hizo tal o cual día, en esta o aquella reunión, o en que hace el presidente de EUA, con quien se sienta a almorzar, que colores prefiere, aparte de ser pernicioso, es una cortina de humo y pérdida de tiempo.

Me queda claro que una gran parte del adventismo, está más atento en que se cumplan los decretos dominicales, y no en cumplir su parte como hijos de Dios, la cual me resulta simple, una vez que se acepta la gracia y es: restaurar al pecador. Esto no depende de un solo hombre, si no del "sistema papal", y como todo sistema político sigue adelante. Evidentemente en su rol como líder recaía o le tocaban decisiones importantes y delicadas. Como bien lo enfatiza una querida amiga desde una cosmovisión cristiano-adventista: "las decisiones finales, los acuerdos con USA, el peso de las profecías... es muy duro cargarlo sobre sí siendo tan conservador y octogenario..."

Y lo mas alarmante es el hecho de que en una suerte de mezcla "profética" aun los propios cristianos adventistas del septimo dia (ASD); añaden a la mala interpretación de Apocalipsis 17, las historias de ciencia ficción de (y es que no se les puede llamar de otra forma a las falsas profesías) Nostradamus y San Malaquias. Ysaltan los lemas como: "no es casualidad". "Preparemos nustras vidas", etc. Es tal el foco de atención que he pensado que muchos ASD, son mas papistas que el papa y los mismo católicos.


Lo cierto es que hay una versión oficial: Su avanzada edad; de los motivos reales quizás nunca lo sabremos, solo especulaciones. No quisiera parecer superficial o frívolo, pero lo único viable como cristianos, en cuanto al cumplimiento profético es: Tener plena confianza en Cristo y regocijo en su pronto regreso. Si aceptamos y comprendemos que, todo lo necesario para la salvación ya fue provisto, por Dios, estaremos tranquilos. Pensemos en el que pasara (el regreso de Cristo) y no de como pasara (Angustia).